CDMX no es Copenhague… pero podría serlo

“Lo que ustedes tienen que entender es que esto no es Copenhague” y efectivamente, la Ciudad de México no lo es, pero Copenhague no siempre fue una ciudad ciclista; estaba al borde de la bancarrota cuando apostó por el ciclismo urbano.

“Lo que ustedes tienen que entender es que esto no es Copenhague” y efectivamente, la Ciudad de México no lo es, pero Copenhague no siempre fue una ciudad ciclista; estaba al borde de la bancarrota cuando apostó por el ciclismo urbano.

Por Gabriela Ruíz Luna

Cuando se habla de ciudades ciclistas alrededor del mundo no es difícil pensar en Copenhague, galardonada como la mejor ciudad para ciclistas en 2017. Como muchas otras ciudades del mundo, en los años 50s se llenó de vehículos motorizados y automóviles. Los motores de combustión reinaban en las calles.

En los años 70s todo cambió con la crisis del petróleo, lo que los obligó a encontrar formas creativas de solucionar la movilidad y los ciudadanos regresaron a una vieja conocida que, hasta antes de la guerra, había sido su leal compañera: la bicicleta.

En 1993 la ciudad pasaba por un momento muy difícil económicamente y a raíz de esto encontraron que la infraestructura ciclista era una manera viable de contribuir para solucionar los problema de movilidad con una inversión que podían soportar. 25 años después esta decisión tiene resultados que son favorables y que aportan mucho para que la ciudad tenga movilidad sustentable y, lo que yo considero más importante, para mejorar de una manera sobresaliente la calidad de vida de sus habitantes.

En Copenhague hay más de 390 kilómetros de carriles para bicicleta que son utilizados por los 3.8 millones de personas que la habitan, de acuerdo al reparto modal que tienen el 62% corresponde a la bicicleta y el 50% de los viajes internos se realizan a bordo de ella, prácticamente todos los habitantes tienen una en casa y sin importar el clima van en ella a todas partes.

Si bien en las ciudades de América Latina la mayoría de la población no está acostumbrada al ciclismo urbano como una opción para realizar traslados y por la cual no todas las personas pueden decantarse, tal vez, solo tal vez, si los gobiernos apuestan por infraestructura y cultura, también podríamos llegar a ser “una Copenhague”.

Tuvimos la oportunidad de escuchar a Morten Kabell, ex Alcalde de Asuntos Técnicos y Ambientales de Copenhague durante una década, y actual Director General de Copenhagenize, coincidimos con él en el XV Congreso Ibérico “La Bicicleta y la Ciudad” en la ciudad de Valencia, España, donde compartió su experiencia y los aprendizajes que tienen hoy como ciudad durante este proceso de innovación, que como él mismo dice, no ha terminado “hoy el 50% de los viajes al trabajo se realizan en bicicleta, invertimos en infraestructura ciclista, en 10 años se gastó solo 36% de lo que costaría hacer una poca infraestructura para los automóviles”, esta inversión es usada por toda la población, aun con lluvia o nieve.

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